jueves, 27 de junio de 2013

Canis Lupus Signatus



            CANIS LUPUS SIGNATUS.

             Nombre latino de uno de nuestros depredadores naturales de la Península Ibérica. Nuestro querido, amado y a la vez denostado Lobo Ibérico.
Sus aullidos, mal que bien, aún resuenan en nuestros montes Cántabros, en Castilla-León y algunos en Extremadura y Despeñaperros. Suena un aullido, luego silencio. En la llanura castellana huele a pino, a hojarasca y, a veces, al agua de alguna nube despistada que intenta calarnos en nuestro Hide particular. Andamos por la Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, a la caza fotográfica de uno de los más bellos cánidos que aún quedan en nuestra tierra Hispana. El lobo ibérico o Canis Lupus Signatus, es el rey de gran parte de la Península, por ahora, en especial de la parte nororiental. Tiene ojos canela, piel color tierra, más roja en verano que en invierno, y manchas blancas sobre los belfos, líneas negras que recorren las patas delanteras, marca oscura en la cola, y sobre la espalda, una mancha en forma de cruz. Su semblante y su mirada son de gran nobleza.
             Actualmente, se calcula que existen unas trescientas manadas, con algo más de dos mil individuos. El noventa por ciento están en Galicia y Castilla-León, porque se sabe que los lobos que pululan a veces por Cataluña proceden de Italia. El carnívoro solo tiene de adulto un enemigo, el hombre. Por eso, y lo sabemos con certeza, porque hemos pasado muchas madrugadas observándolo, siempre, anda olfateando todas las noches, por Castilla, por Galicia, por Asturias, o por el Sur, la presencia del hombre, del cazador sin escrúpulos, de las trampas asesinas y de los venenos. Ahora mismo pone todos sus sentidos en un medio hostil, en un medio en el que solo pide algo tan sencillo como: SOBREVIVIR.

EQUIPO MUNDOPRESS.

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